miércoles, febrero 11, 2009

Los Orificios III El final.

He muerto, la que le escribía murió; la que suplicaba y se entretejía con su falso cobijo murió. Soy otra, la que ahora se despide y le escribo en su nombre para decirle que ya no queda ningún resquicio de aquellos orificios y por lo tanto ya no habrá con quien jugar. Esta vez señor no podrá verme por la noche para mostrar su desprecio; porque ¿sabe? Los orificios se llenaron de luz, de alegría y de amor; no, no piense que estoy enamorada de otro y que lo único que hice fue trasladar mis amorosos pensamientos y sentimientos a otro ser; sí estoy enamorada pero de lo que yo puedo hacer y de lo que yo puedo dar. Ahora no más palabras, no más sangrientas luchas, no más silencios interminables. La vida inicia de nuevo y con ésta vendrá otra ilusión o muchas más, de las que tendré que hacerme cargo y no permitir nunca más que los orificios se llenen de odio y de sangre, de mal y de oscuridad. Nunca más.

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