jueves, febrero 17, 2005

Atrevimiento

Quiero atreverme a soñar y desmenuzar mis sueños, subirlos a la conciencia para jugar, para atraparme en un vuelo que no termine jamás.
Quiero atreverme a abrir el cofre de palabras que guardo dentro, desempacarlas y usarlas, comprenderlas y compartir.
Quiero atreverme a dejar mis miedos guardados en la lavandería para que se limpien y me dejen vivir sin ataduras, si tan solo fueran miedos primigenios sin las capas de lo que les he cubierto.
Quiero atreverme a escribir lo que siento y no buscar máscaras que solo muestren lo que no soy; quiero dejar de ser lo que otros quieren ver en mi, aunque algunos se asusten u ofendan.
Quiero atreverme a dejarme abrazar y yo también hacerlo, sentir la calidez de otra piel fundiéndose en la mia, perderme en el abrazo y vagar por el universo.
Quiero... y no hago otra cosa mas que desear lo que nunca me atrevo...

martes, febrero 15, 2005

Hoy quiero reir de mi misma ... reír con grandes carcajadas que me ensordezcan para no escuchar los ruidos de este mundo.

martes, febrero 08, 2005

Instrucciones para Llorar y un anexo



Instrucciones para llorar
Julio Cortazar
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente.Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca.
Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.
Después de leer a Cortazar con sus instrucciones precisas, me cuestiono ¿Cuántas veces después de un llanto copioso nos preguntamos el sentido de haberlo dejado fluir?; ¿Valió la pena?. Más allá de un mero hecho fisiológico lo percibimos ligado a las emociones.
De algo estoy cierta y es que limpia el alma, si no profundamente, por lo menos nos permite seguir con las tareas diarias. Seguramente el motivo que nos llevó a llorar seguirá ahí, pero podremos visualizarlo con mas claridad.
Alguna vez escuché que cuando lloramos con una película es porque no somos capaces de llorar abiertamente por nuestros propios motivos y buscamos uno externo que desencadene la catarsis, como se sugiere en “Las Instrucciones para Llorar”.
Otras veces lloramos porque “no nos cabe el alma en el pecho”, es tan grande el sentimiento de aflicción que se desborda; la salida de las lágrimas hace un poco de espacio para seguir guardando el sufrimiento.
Cuando se “nos saltan las lágrimas” por un hecho enternecedor, demostramos a los demás que somos capaces de sensibilizarnos ante hechos muy humanos.
Llorar por dolor, desesperación, angustia, soledad, alegría, nostalgia, pérdida, o por buscar compasión, la razón no importa. Llorar es una función humana que desahoga, que limpia los conductos para que las emociones fluyan libremente.
Hay otros llantos que encarecen lástimas y son interesados, pero de eso no nos ocupemos porque los que lloren así, aquí no caben.
Aprenderé las instrucciones para que mis sesiones de llanto no sean tan largas ni abrumadoras, tres minutos bastan.

Observante

Obsesiva la mirada la agudeza del oído la mucosa que percibe y el silencio de mis labios todo esto me describe, ...