domingo, octubre 25, 2009

Los aullidos

El dolor, los aullidos, los gritos y la cara plasmada de melancolía.
La desesperanza, el olvido, no me acuerdo, no pasó nada, los niños, la vida continúa, perdona, la familia, unidos, no te hice nada, yo fue la víctima no tú, o la bebes o la derramas, la vida es así, ya pagaron su culpa, ya pasó todo. No te acuerdes, no pasó nada, no te acuerdes, no pasó nada, no te acuerdes... si pasó algo... Por eso el silencio y las peticiones de olvido, de perdón, de calma.
La rabia no encuentra salida, no entiende de perdones, no sabe de olvidos... está presente en cada día... la rabia que ataca contra mí misma, la rabia que me inmoviliza, la rabia que me espuma la boca para acallar las palabras.
La vida continua, no te puedes quedar estancada... Y volteó al espejo y me miro y repregunto, ¿por qué? Solo el silencio ... tal vez la respuesta yo la tengo... tal vez... Continuo, camino, salgo, hablo poco, asumo mucho. Me planto en un mundo donde solo tenga que ver, oir, callar... caminar y caminar, sin rumbo ni sentido. Eso me salva, caminar.
La rabia me hace morder, siempre a la misma persona y en el mismo lugar. Convulsiono a diario, me azoto contra mi propia carne. El lugar del castigo: mi cuerpo, los dolores, los horrores de sus amores se enquistan en mi rostro. Me vieron la cara. Siento que se me quema la frente, viví la afrenta que más dolió en mi existencia.
Traición. Se llama traición... aunque no registres esta palabra, a ti te digo que se llama traición y sí sucedió, y si quisiste hacerlo y sí me hiciste daño y no te doy perdón.
Los lamentos habrán de persistir conmigo hasta el final de mis días, la rabia no, esa la cedo. Es para ti.

Personaje misterioso


En este tiempo he de recordar los títulos que han perseguido mi existencia. La constancia de mi necedad me abruma pero no puedo contra ella. Siempre clamando con desesperación para que un algo o alguien vuelva, que no se vaya, que no abandone su estancia conmigo, que me ame, que me permita amar.
Una pregunta ronda mi existencia, saber quién será ese personaje misterioso que da vida a mis cantos inflamados de una petición siempre en clamor y con rostro lloroso. Personaje que da lugar a mis letras suplicantes y melancólicas, que inspira los aullidos dolorosos que yo hago.
¿A quién ruego no te vayas, quédate conmigo? ¿A quién aviso que si no vuelve no habrá vida? ¿A quién anuncio que si no está no sé lo que haré...? ´No sé... no sé si quiero saber... tal vez sea alguien lejano que ya ni está en la tierra y tan sólo existe en mi corazón. Pero, ah, eso sí, qué bien amado es...

Observante

Obsesiva la mirada la agudeza del oído la mucosa que percibe y el silencio de mis labios todo esto me describe, ...