miércoles, enero 05, 2005

Estado de resultados 2004



"La Libertad es como la mañana. Hay quienes esperan dormidos a que llegue, pero hay quienes se desvelan y caminan la noche para alcanzarla." Supmarcos

Al finalizar un ciclo nos entra la gana de recapitular y reconocer nuestros aciertos, errores y omisiones. No escapo a esta costumbre y por tanto desde inicios del mes de diciembre quise escribir un inventario del año, ganancias, pérdidas, balances y estado de resultados. Sin embargo, la época se prestó a realizar muchas más actividades y no me di el tiempo para lograr mi objetivo, en los términos que tenía planeado, lo que no impidió que si hiciera un inventario pero sobre la marcha de los días, de las horas y de las circunstancias. El balance resultó positivo.
La vida se acuña de cotidianidades, de hechos simples y tal vez comunes, y hoy por hoy estoy convencida de que vivimos sometidos a reglamentos desde nuestro nacimiento, las horas de comida, las horas de dormir, incluso hay bebés que tienen horario para el "gymbore". Así, empiezan y nunca terminan. Primero son los padres, abuelos, hermanos, después se suman los maestros, el vecino, la familia de los amigos, hasta el infinito, la sociedad completa se asocia en endosarnos un grueso compendio de reglas para vivir. De inicio nos enseñan que hay bueno y malo, y que este último concepto no es agradable a los ojos de la mayoría, por muy gratificante que nos resulte (aun no logro discernir qué es bueno y qué es malo, creo que son cuestiones de percepción). Y de ahí se siguen los calificativos a toda conducta humana, medidos siempre desde el punto de vista social (incluyo aquí el religioso).
No quiero confundir las reglas con los valores, que desde mi punto de vista son diferentes, los aprendemos y adaptamos a nuestra propia condición, los llevamos dentro y salen a relucir en los momentos necesarios. Cada quien se forma su propio código ético y actúa en consecuencia.
Siguiendo con el asunto de las reglas, hace no mucho tiempo, decidí formar mi propio reglamento de vida, bajo mis principios y acudiendo a mis valores; tomé algunas de las que conocía, otras las deseché y otras más fueron modificadas para llenar las expectativas de mi plan de vida. No fue fácil, me encontré con la crítica aguda de muchas personas cercanas que auguraban un mal fin a este experimento. Mi familia se sintió poco amada, finalmente los estaba retando contrariando las tradiciones imperantes desde los tiempos de la tatarabuela.
Aspecté mis horarios y constelaciones con los demás miembros de la sociedad con quien convivo, siguiendo el plan que marqué. Me olvidé de la dieta, agregué azúcar por montones, dejé de fijarme en el qué dirán y las buenas costumbres clasemedieras. Conocí otras personas, viajé por mis fantasías, salí al mundo y entré en contacto con él, me puse nombres extraños, saqué de mi clóset las cosas que nunca usé, dejé de ajustar el despertador, olvidé la manía de la limpieza extrema, aflojé el alma para dejarla fluir libremente, pinté mi existencia de blanco, como fondo para deslizar todos los colores imaginables, con combinaciones exóticas. Podrían pensar que mi existir se convirtió en un caos, pero no fue así, comencé a encontrar el camino a la paz interior que había buscado infructuosamente en todos los centros comerciales de la ciudad, en la temporada de primavera-verano y la de otoño-invierno.
Y fue entonces que, tratando de escribir el inventario extemporáneo (ya estamos en el nuevo año), sentada ante el escritorio, mis ojos se volvieron a un cuadro donde está escrita la idea del Supmarcos acerca de la libertad. Pensé en los principios de su revolución ideológica y en el trabajo que pasan miles de seres humanos para obtener libertad. Es por eso que concluyo que el balance del año que terminó es un avance en el camino por alcanzarla, creo que ya estoy percibiendo su preciada fragancia.
Agradezco a todos los seres humanos que me rodean su paciencia y entendimiento, en la realización de este hechizo para la libertad, espero poder ofrecerles los beneficios de vivir a mi aire, condición que per si me hace feliz.




1 comentario:

  1. Sólo quiero decir: ¡Viva la libertad!
    Y que cuando termine el 2005 el Balance de Resultados sea aún más positivo.

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Observante

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